Gustavo Alemán (sí) es de aquí

Desde que en el año 2003 descubriera la fotografía, Gustavo Alemán no ha parado de trabajar y generar proyectos entorno a la imagen fija. Estudiante (grado superior y máster), coordinador de voluntarios y ayudante de producción (Descubrimientos Photoespaña 2007), fundador de una galería de arte (Gatos de Marte. 2009-2012), comisario de exposiciones (Carlos Albalá, Blanca Galindo, Olivia Bee y Salva López entre otros), tutor de becas de formación fotográfica (El Invernadero 2011), coordinador de actividades en un colectivo (Omnivore Photo). Le ha costado y tras mucho tiempo negándolo (como nos informa en su perfil de twitter), ahora puede afirmar que es FOTÓGRAFO.

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¿Y que ha pasado en este tiempo para que Gustavo Alemán se reafirme como fotógrafo? Pues ni más ni menos que han coincidido en espacio y tiempo su primera exposición individual y la publicación de su primer libro, cuyo título (No) soy de aquí lleva un mensaje para caminantes, habitantes y navegantes, en el que el autor niega y afirma al mismo tiempo ser de un lugar: Murcia.

¿’¡Murcia qué hermosa eres!’?

Esa es la frase que a mucha gente le viene a la mente cuando oye hablar de Murcia, supongo que gracias a esos infaustos especiales televisivos que se hacían hace unos años. Lo cierto es que es un buen resumen de la realidad murciana (en cuanto al orgullo regional que parece indicar). Murcia es, realmente, muy hermosa. Después de meses fijándome en sus aspectos mas ruinosos y contradictorios, confieso que cada vez que redescubro la belleza de Murcia es un pequeño shock para mí. Creo que dicha belleza es mas producto de su variedad de parajes naturales y de los restos del pasado que aún no han sido devorados por el presente pero definitivamente tiene mucho de hermosa.

¿Qué porcentaje de perplejidad, asombro o indignación aparece reflejado en este proyecto?

Creo que es una combinación bastante igualada de esos factores. Este trabajo pretende poner en imágenes algunas nociones imprecisas y sensaciones que tenía y tengo respecto al lugar a donde vivo. Como siempre pasa, ningún proyecto que se origina en el marco de las ideas queda intacto tras su contacto con el mundo real (afortunadamente). He descubierto que el surrealismo chusco que buscaba está tremendamente presente a poco que sepas buscarlo. Y si, nuestro descuido, nuestro quiero y no puedo y nuestro intentar ser otra cosa son cosas para mi muy marcadas aquí, y perplejidad, asombro e indignación me parecen respuestas totalmente válidas ante estos fenómenos.

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Hablando con otros fotógrafos y fotógrafas que trabajan el territorio, siempre comentan que hacer un proyecto personal sobre el lugar donde naciste es difícil y complicado, ya que la mayoría de las veces el apego sentimental al lugar o los prejuicios que uno va acumulando van apareciendo durante el proceso. “(No) soy de aquí” parece un ajuste de cuentas, ¿o sólo me lo parece a mí?

Es curioso que el trabajo está generando opiniones muy diversas y donde algunas personas han visto una cierta ternura otros ven algo parecido a ese ajuste de cuentas que mencionas. Yo creo que participa de ambas visiones. Lo de trabajar sobre un territorio al que tienes alguna clase de apego y navegar entre ese mar de prejuicios y referentes personales confieso que no ha supuesto demasiado problema para mí. Yo tengo cristalino que mi trabajo habla de una visión completamente parcial, incompleta e interesada de Murcia. Yo creo que la realidad no es algo que quepa en una fotografía o en un conjunto de ellas. Pero la propia opinión sobre una parcela de esa realidad si que creo que puede alcanzarse. Pienso que presentar una visión específica de un modo coherente y convincente es la forma mas ecuánime que tenemos de acercarnos a todos estos asuntos tan complejos y que se resisten a ser simplificados y categorizados tan limpiamente.

Hace poco presentaste el libro en Murcia, ¿Cómo ha sido recibido?

Pues quitado la pequeña parcela de “mundillo” fotográfico de la ciudad, pues ha pasado bastante desapercibido. Afortunadamente tengo muchos amigos en dicho mundo y las opiniones han sido muy buenas, probablemente producto del afecto que me tienen, jeje.

Si que me ha parecido interesante el comprobar como a todos les parecía, aunque sea una visión bastante particular, una Murcia reconocible. La mejor reacción fue la de una persona que me dijo que el libro le tenía totalmente indignado, no porque le pareciera mal ni nada de eso sino por la realidad que mostraba. Al final creo que es eso lo crucial: con cada trabajo lo que estamos haciendo es presentar algo que es importante para nosotros, con la esperanza de que sea importante para alguien mas. Generar una respuesta y provocar alguna clase de conexión son mis aspiraciones.

¿Tienes previsto exponer las fotografías en algún lugar de Murcia? ¿Crees que serán recibidas de la misma manera que el libro?

Pues merced al muchísimo tiempo que he tardado en contestar esta entrevista (mil disculpas, Paco) lo cierto es que si que se ha expuesto en Murcia, en un nuevo espacio fotográfico llamado La Cámara Roja. Ha tenido una recepción casi inexistente, la verdad, pero personalmente me alegro de que haya podido verse durante dos meses en la ciudad. El libro si que ha funcionado muy bien y aparte de salir en reseñas de blogs extranjeros y de formar parte de la exposición del Reina Sofía y de otras muestras pues ya está cerca de agotarse así que en ese sentido estoy muy satisfecho del resultado del trabajo.

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¿podrías decirme el nombre de uno de los muchos pájaros que hallas sido capaz de identificar en tus desplazamientos por tu Murcia para este proyecto?

Reconozco que soy un desastre para esas cosas. Soy de esa gente que tiene un aprecio por la naturaleza que muchas veces se queda en el plano estrictamente teórico aunque al realizar el trabajo si que he descubierto, aun mas que antes, que parte de los verdaderos placeres que ofrece esta tierra son los naturales. Te diré solo un pájaro, pues no soy precisamente un experto: la pajarita de las nieves, un pájaro muy simpático que ni siquiera sé si se llama exactamente así pero que en mi familia siempre ha recibido ese nombre.

Durante el proceso de realización del proyecto supongo que habrás recorrido muchos kilómetros, ¿dónde has puesto la frontera?

Pues la frontera era la propia de la región. Recorrí desde los campos de Moratalla hasta el Mar Menor: Consideré importante el moverme bastante por la misma por varios motivos. Uno de ellos era mostrar la variedad de parajes de la misma, parajes en los que encontraba los signos de los problemas e idiosincrasias que estaba buscando. Aunque yo vivo pegado a la huerta, es un error considerar que Murcia es solo huerta. Hay desiertos, montañas, costas estupendas y en mayor o menor medida, en todos ellos he intentado encontrar esos pequeños surrealismos, esas búsquedas de un propósito que nos elude.

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El esperpento urbanístico junto con las ruinas modernas provocadas por la explosión de la burbuja inmobiliaria han sido foco de atención por bastantes artistas a lo largo del planeta, especialmente está siendo un tema recurrente por parte fotógrafos y fotógrafas. ¿Corremos el riesgo de convertir con nuestras fotografías estos espacios en un espectáculo meramente estético? ¿O crees que ayudan a reflexionar sobre esta agresión al paisaje?

Es una muy buena pregunta. Creo que en el terreno de la fotografía contemporánea si que se corre el peligro de que esa estetización de las ruinas (o ruin porn que dicen los anglosajones) nos haga contemplar esos paisajes como solo experiencias visuales. Creo que es importante que no perdamos de vista los procesos e inercias que llevan a la proliferación de esas estructuras. Personalmente, en mi trabajo he intentado, y no sé hasta que punto conseguido, combinar ruinas del pasado y del presente, y apuntar siquiera oblicuamente a que cosas producen este tipo de ruinas. Pero es un riesgo preocupante y deberíamos reflexionar sobre ello, desde luego.

¿Hasta que punto te planteas en tu trabajo la necesidad de romper con esta etiqueta de “solo para iniciados” que tienen muchos trabajos en la actualidad?

Estamos en un momento de gran ebullición de la fotografía patria, con exposiciones y libros que están teniendo eco fuera de nuestras fronteras. Sin embargo, poco de eso se traslada al espectador medio y personalmente tengo la sensación de que nuestra pequeña cuadrilla a veces trabaja para sus propios correligionarios mas que para hablar del estado del mundo o de nuestra época.

(No) soy de aquí en Have a Nice Book

Fotografía y texto de Gustavo Alemán / Pictures and texts by Gustavo Alemán

60 páginas / 60 pages
21,5 x 16 cm / 8.46 x 6.3 in
Edición de 750 ejemplares, 250 a la venta / Edition of 750, 250 on sale.
Diseñado por Juanjo Justicia/ underbau / Designed by Juanjo Justicia / underbau
Impreso en A.G Palermo / Printed by A. G Palermo
Offset

Cuadernos fotográficos de la Kursala / 39

Julio Iglesias – No Soy de Aquí

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La fotografía de la portada del libro (No) soy de aquí es propiedad de Have a Nice Book. El resto de fotografías son de Gustavo Alemán.

BINÉFAR, de José Luis Ríos

AMATEUR

«Permítanme aquí llamar la atención sobre uno de los errores más universalmente populares que tiene que ver con la fotografía – sobre la clasificación supuestamente excelente del trabajo como profesional, y la utilización del término de amateurs (aficionados) para transmitir la idea de trabajos inmaduros y para excusar fotografías atrozmente pobres. Como una cuestión de hecho, casi todo el mejor trabajo que se está haciendo, y que siempre se ha hecho, ha sido por aquellos que siguen la fotografía por el amor a ella, y no sólo por razones meramente financieras. Como su nombre lo indica, un amateur es alguien que trabaja por amor, y visto desde esta perspectiva la inexactitud de la clasificación popular es evidente.»

Sobre los aficionados, Alfred Stieglitz 1899

El contexto en el que Stieglitz hace esta afirmación es en el de la defensa de la fotografía como manifestación artística frente a los que criticaban que este «arte pictorialista» estaba representado por una legión de dañinos fotógrafos aficionados. El 26 de noviembre de 1899, Alfred Stieglitz escribe en el «Sricbner´s Magazine» el artículo «Pictorial Phothography» donde delimita en tres las categorías de fotógrafos: el ignorante, el técnico y el artista. Que cada uno se ubique donde pueda.

El texto de Stieglitz circula por las redes sociales acompañado de diversos comentarios, entre los que predominan los que opinan que todos somos o hemos sido en algún momento de nuestra vida aficionados, los que piensan que fuera de nuestra especialidad lo somos y destaco los que comentan que la diferencia entre un estado u otro simplemente está en el hecho de estar dado de alta en el IAE como fotógrafo (sic).

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El caso es que estamos rodeados de aficionados a la fotografía y me temo que desde la aparición de la tecnología digital estas distancias no son tan grandes como hace algunos años. Me refiero a resultados, a la imagen conseguida e incluso a los temas que se plantean.

El trabajo del fotógrafo aficionado José Luis Ríos comparte dos circunstancias que me tocan de lleno. Por un lado la fotografía de paisaje y por otro la vinculación de esa experiencia estética fotográfica con el acto de caminar.

Empecé a conocer su trabajo en el grupo de Facebook Caminar como práctica anarquista, ética, estética y de pensamiento ya que iba compartiendo las fotografías que realizaba en sus paseos con el resto de los participantes del grupo. Creo que es de los que más fotografías ha compartido y hubo un momento que empezó a llamarme la atención su mirada.

Pienso que algunas de sus fotografías tienen la suficiente calidad como para que se le dediquen un momento de atención. Estas imágenes guardan la esencia del texto de Stieglitz. Yo añadiría que son sinceras, limpias, sin más pretensión que mostrar un espacio transitado, recorrido, aceptado, habitado, común, sencillo y querido. Lo que más destaco de su trabajo es el respeto por el lugar y por la fotografía. No pretende hacer espectáculo de lo habitual sino que nos muestra imágenes de pequeños momentos poéticos cargados de silencio, del saber y conocer los lugares por los que camina. Son muchos los fotógrafos que empezaron de esta manera y su legado ha sido recuperado por otros fotógrafos que han sabido apreciar esa mirada del amateur.

Paisajes periféricos, espacios rururbanos, contrastes arquitectónicos que difícilmente dialogan con el paisaje rural por el que pasea José Luis Ríos. Para conocer un poco más del origen de este trabajo le he pedido que responda algunas preguntas.

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¿Qué vino primero, las caminatas o la fotografía?

Caminar fue lo primero, junto con mi hijo. Al poco tiempo sus horarios cambiaron y seguí solo. Fotografiar vino después, hace unos cinco años de esto.

¿Qué te lleva a fotografiar cuando caminas?

Suelo andar casi todos los días unos cinco kilómetros, una hora más o menos, y al principio era una motivación extra para los días en los que no tenía muchas ganas de andar. Más tarde vi que las fotos podían significar muchas más cosas, además de ser documentos.

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¿Por qué fotografías?

Porque es la manera en la que soy consciente del mundo que me rodea, a la vez que puedo dar una opinión sobre él. En cierta manera también es una reflexión, para uso personal propio, sobre ese mundo.

Tienes un trabajo muy metódico y coherente, ¿En qué momento te das cuenta de que la fotografía es algo más que disparar?

Cuando aprendo a leer fotos de los demás, tanto en blogs como en libros de fotos clásicos y normales. Es entonces cuando veo que las  buenas fotos pueden tener una carga emocional e ideológica, y que esa carga proviene de su potencia visual, y que pueden ser un medio de expresión y creación. También cuando veo que los grandes fotógrafos, los superdotados, realmente hablan, en sus fotos, de lo que no se ve. Y que no siempre es fácil de concretar.

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¿Por qué predomina en tus fotografías el paisaje periférico?

Cada uno buscamos las circunstancias en las que parecen que las fotos salen de manera más fácil, que miramos mejor. De mi casa a esos paisajes periféricos hay escasos minutos, los mismos que al centro. A veces voy por el centro, claro, y también hago fotos de eso. Me gusta caminar, y aquí es normal hacerlo por caminos en los que se mezcla todo: lo rural, lo industrial, lo abandonado, los huertos, las casas de campo, la maquinaria, y también la belleza, claro. Las fotografías ordenan todo eso y dan una opinión visual. Pues bien, eso me gusta, mirar estéticamente lo periférico como un geógrafo, o como un urbanista o como si lo viera por primera vez.

¿Sales a fotografiar con una idea concreta en la cabeza o te dejas llevar por lo que el camino te muestra?

Normalmente con alguna idea que suele ser una limitación: solo fotografiaré a cinco metros de distancia, o a dos, o al suelo, o al cielo, solo miraré sombras, o máquinas, o solares, o ventanas, o animales, o momentos decisivos… Otras veces son ideas más generales que puedo alargarlas un mes, por ejemplo el invierno, o el silencio, o lo anodino, o imitar clichés visuales. Puedo considerar las fotos de un día bocetos para otros, o limitarme a hacer dos fotos cada día y solo dos. O solo mirar. En fin, hago fotos casi cada día, el entorno no es inmenso pero la realidad parece tener muchos envoltorios y niveles de profundidad.

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Como aficionado a la fotografía, ¿Cuáles son tus referentes?

Al principio los que han desarrollado sus obras en entornos relativamente pequeños, como Atget o Sudek. Más tarde clásicos como Walker Evans, Robert Frank, Paco Gómez, o Gervasio Sánchez, y ahora mismo miro con interés los que voy conociendo, normalmente gente joven. Hay muchos más que los que conozco como aficionado.

¿Has seguido la trayectoria de algún fotógrafo o fotógrafa?

Sigo la de los jóvenes, como David Giménez o Inaki Domingo, aunque también me interesa lo que dice Joan Fontcuberta. Sigo asiduamente a Eduardo Momeñe, sus escritos sobre fotografía, sus opiniones. En su libro “La visión fotográfica”  creo que comencé a entender qué es la fotografía, y qué no es, también.

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Compartes en tu blog las fotos que vas haciendo e incluso realizaste una publicación on-line con una selección de tu trabajo, ¿tienes previsto exponer en algún espacio físico tus fotografías?

La verdad es que no sabría dónde hacerlo. No conozco el circuito y las pequeñas publicaciones que hago no pasan de ocho o diez ejemplares, que reparto entre mi familia y algún amigo que le interesa.

¿Binéfar es un proyecto fotográfico?

Creo que sí, y es el proyecto al que más me dedico, por decirlo de alguna manera.  No es un diario ni un inventario, y tampoco es siempre coherente. Como casi todos, hago fotos de otros lugares pero las que me interesan son, sobre todo, las de Binéfar. Tiene unos diez mil habitantes, es el centro de servicios de su comarca, tiene agricultura, ganadería e industria. Es un pueblo corriente parecido a un barrio de una gran ciudad. Con la fotografía intentas explorar y saber si, como parece, también es el mundo a pequeña escala.

¿Tienes algún vínculo con otras disciplinas artísticas?

Soy profesor de música, de piano en concreto, y, de vez en cuando, toco en público,  como la semana pasada con la Big Band de Lleida. La fotografía y la música tienen en común que hablan de lo invisible, son abstractas, así que muchas reflexiones sobre música son aplicables a la fotografía. La coordinación física que exige tocar cualquier instrumento es mayor que la necesaria para hacer fotos, eso también es verdad.

Todas las imágenes son propiedad de José Luis Ríos bajo una licencia de Creative Commons.

Más información en su blog Andandos y su página de Flikr

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AGROPERIFÈRICS de Ignasi López busca micromecenas

Está en pleno proceso de conseguir financiación por medio de Verkami para hacer realidad la publicación del libro AGROPERIFÈRICS. He decidido compartir como he vivido desde fuera este interesante proyecto fotográfico.

Conocí a Ignasi López caminando por Barcelona, en una transurbancia coordinada por  Pau FausDomènec y Pere Grimau dentro del proyecto «Canòdrom/Canòdrom» a principios de 2010. Al terminar repentinamente la ruta de ese día, por culpa de la lluvia, pudimos conversar tranquilamente en un bar del bario de Sant Andreu, donde me habló del proyecto que estaba realizando sobre los huertos periféricos en el ámbito rural.

Poco tiempo después quedamos para hacer un recorrido por uno de los huertos en el que había trabajado, uno situado a las afueras de Mollet del Vallès, un pueblo de la comarca del Vallès Oriental, en la provincia de Barcelona, rodeado de grandes polígonos industriales. Hablamos de este extendido fenómeno de pequeños y anárquicos huertos por todo el área metropolitana de Barcelona y casi en toda la periferia de las grandes y pequeñas ciudades barcelonesas, de lo interesante que resultaba como ciertas personas, la mayoría venidos de fuera de Cataluña, deciden utilizar una pequeña parcela para desarrollar una actividad y que, en la mayoría de los casos, les permitían retomar una actividad que habían dejado en los años 60.

Ignasi López en Mollet del Vallès. Fotografía: Francisco Navamuel

Camino de Mollet, Ignasi me comentó su preocupación por la desaparición del huerto al que íbamos. Había estado unos días antes de su  desalojo y no había vuelto desde entonces. Tenía curiosidad por ver como había quedado después de que el ayuntamiento tomara la decisión de eliminar y arrasar los huertos, argumentando razones estéticas, entre otras. Los ocupantes de los huertos le reprocharon a Ignasi que la causa del desalojo estaba relacionado con las fotografías, haciéndole responsable de la situación. Precisamente Ignasi estaba fotografiando estos lugares porque está sensibilizado con el uso de estos espacios.

En el centro, la Mamiya RZ-67 de Ignasi López. Fotografía: Francisco Navamuel

Ese mismo día, Ignasi me mostró la maqueta digital de lo que sería el libro AGROPERIFÈRICS.

Jon Uriarte mostrando la maqueta de Agroperifèrics en el Photobook Club Barcelona. Fotografía: Francisco Navamuel

Hace pocos días pudimos asistir a una de las sesiones del Photobook Club Barcelona, organizadas por Jon Uriarte, donde se presentaron las maquetas de libros de los fotógrafos Rafael ArochaSalva LópezRoc Herms y la de Ignasi López, comentadas por cuatro voces autorizadas en el mundo del libro de fotografía, Israel Ariño, Arcangela Regis, Román Yñán y Ramón Reverté. Tuvimos la oportunidad de ver, tocar, oler, analizar y comentar la maqueta de AGROPERIFÈRICS.

Sesión del Photobook Club Barcelona donde se presentó la maqueta de Agroperifèrics. Fotografía: Francisco Navamuel

Después de la experiencia de mostrar la maqueta en público y de recibir buenas criticas por parte de los asistentes, y ahora que está en pleno proceso de hacerse realidad el libro, hice esta entrevista a Ignasi López para que nos explicara en profundidad lo que nos vamos a encontrar en la publicación.

¿Que aporta Agroperifèrics?

Agroperifèrics es un ensayo fotográfico sobre la memoria entendida como energía creativa. La memoria es una construcción mental que nos vincula a un pasado y a nuestros recuerdos. Eso a menudo nos ancla y nos vincula a ellos. Yo quiero hablar aquí de esos vínculos de manera constructiva.

Como punto de partida “Agroperifèrics” explora las creaciones de artefactos, por parte de gente mayor, que les permiten generar lugares en espacios hasta entonces vacantes. Estos lugares, agrarios y permeables, no sólo son el espacio que ocupan; en mi opinión son transposiciones de un lugar en su memoria, son representaciones de vínculos con la tierra a los cuales estan muy apegados, son como los non-sites de Robert Smithson.

Entiendo la memoria como la energía capaz de modelar el presente de forma coherente e interconectado, a partir de unos referentes aprendidos. El sujeto elegido, el fenómeno agroperiférico, no es casual ya que éste tambien está en mi cajón de apegos y recuerdos desde niño.

En la edición del libro hemos querido jugar con esa memoria en varias líneas cruzadas. Por una parte está el contenido de las imágenes; en ellas está el recuerdo industrial y doméstico de los objetos y de las personas que conforman ese universo pero también está el recuerdo de de las imágenes aprehendidas como base para reconstruir nuestra mirada, nuestra capacidad de imaginar y de percibir.

Desde que en 2006 empecé a fotografiar esos artefactos y lugares, los veía como intervenciones de land-art, como ready-mades, como piezas de arte generadas inconscientemente. Posteriormente te das cuenta que quien ha generado ese concepto inconscientemente eres tu mismo, a partir de la influencia ejercida por el recuerdo de imágenes “prestadas” por ese legado visual o constructo cultural colectivo del cual forman parte.

Por otra parte está la narración, la secuencia; entiendo Agroperifèrics  como una reconstrucción visual a partir de imaginarios, elementos y fragmentos de historias recordadas, como una necesidad de resolver ese laberinto que la memoria nos va planteando a partir de los referentes aprehendidos o latentes (dile subconsciente si quieres).

¿Es el libro el mejor formato para mostrar Agroperifèrics?

Para mi sí, sin duda. Hace ya un tiempo, una vez estaba editando el primer archivo de imágenes resultantes, tuvimos claro que el formato libro ofrecía un potencial narrativo que me parecía idóneo para esas imágenes. No entiendo este proyecto como una serie o como series. Aunque sí que hemos planteado un formato expositivo posible a partir de bloques, no series sino micro-historias. Tuvimos claro que “Agroperifèrics” sería un libro bastante antes de empezar nuestra andadura en un proyecto de edición como  Bside Books.

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Sesión del Photobook Club Barcelona donde se presentó la maqueta de Agroperifèrics. Fotografía: Francisco Navamuel

¿Qué criterio predomina en este proyecto?

Este proyecto ha sido, básicamente, un ejercicio cognitivo, como una respuesta a un interés visual por este fenómeno. El criterio, la premisa básica ha sido descubrir y reconocer un legado común a partir del caminar, visitar esos lugares, hablar con sus estadantes, sus artífices, …

La fotografía como herramienta visual me ha ayudado a descubrir esas capacidades de la memoria colectiva que luego vamos reconstruyendo a partir del archivo de imágenes generadas.

¿Qué referente, sea fotográfico o de cualquier otra disciplina, relacionas con el proyecto?

Jeje (risas) ¡hay muchos! Precisamente es un proyecto dónde subyace un imaginario lleno de referentes. Están claramente, como comentaba, Duchamp, Smithson, Richard Long, Alexander Calder,… pero también está “Alicia en el país de las maravillas”, están las historias de enanos y  cuentos de bosques encantados. Están los westerns de Sam Peckinpah y de John Ford. Le veo también algo de “el Barón Rampante”, de Calvino, películas de Fellini, de Pasolini, Christo (los dos, el artista y el crucifijo)…

Creo que todo esto y más anda ahí, destilado.

Durante el proceso del trabajo fotográfico, ¿ha cambiado en algún momento la idea original de lo que querías mostrar?

 Sí. El proceso de trabajo empezó, en 2006, como una exploración visual a esos espacios autoconstruidos que rodean todos los pueblos y ciudades de la corona metropolitana de Barcelona, a partir de un cambio de residencia, del Maresme al Vallès. Posteriormente invité a Marta Dahó y a Carles Marcos a colaborar en el proyecto y empezamos un trabajo conjunto de investigación de referencias teóricas, visuales y de edición relacionados con el fenómeno Agroperiférico tanto aquí como fuera.

 En ese momento el proyecto estaba bastante abierto. Me interesaba todo lo relacionado con ese universo a nivel geográfico, urbanístico, social, económico… hasta que descubrí “la Ciudad Jubilada” y conocí a Pau Faus (se cuenta aquí)

 A partir de entonces el proyecto dió un vuelco ya que me sentí liberado de contar lo que él, desde varios punto de vista, contaba en su “Breve Diccionario sobre los Huertos informales ”. Reconozco ese proyecto como un referente paralelo al proyecto. Es precisamente un referente que contiene una miscelánea teórica que para mi, cubría explicaciones que ya no tengía porque dar. A partir de entonces el proyecto perdió el interés mas contextual, urbanístico y general para centrarse en un discurso visual mas concreto, hacia el imaginario y la memoria. Fue entonces cuando decidimos que quizás el proyecto no necesitaba ni texto. El libro como pieza en sí no contendrá texto. Posteriormente (ahora, por ejemplo) creo y quiero explicar cosas y hemos invitado a Joan Nogué a que pasee por ese discurso mudo que es la pieza-libro y escriba sus sensaciones desde su punto de vista personal, que contiene sin duda un enorme poso en geografía humana.

Finalmente hemos decidido acompañar el libro de un encartado anexo, no sólo con textos sino con los créditos (sabemos que unos créditos que contengan los nombres de todos los micromecenas que han apoyado el proyecto por crowdfunding van a ser largos y piden su espacio).

Marta Dahó e Ignasi López participando en el Photobook Club Barcelona. Fotografía: Francisco Navamuel

En la autoedición, ¿gana el proyecto o el autor?

Está claro que en la autoedición el autor gana en toma de decisiones y en responsabilidad ante el proyecto y con respecto a lo que muestra. Pero de hecho no considero que lo que hacemos sea puramente autoedición. Tanto en este proyecto (con Marta Dahó, Carles Marcos y Carlos Albalá) como en todo lo que hemos editado en Bside Books definimos esa dinámica como una edición colaborativa (no colectiva) en la cual un grupo de gente opina, ayuda y dialoga aunque la responsabilidad y las decisiones siguen siendo del autor. Yo considero el proceso de edición como un proceso de diálogo abierto, una posibilidad de generar y descubrir empatías a partir de pruebas visuales, maquetas, secuencias.  Comunicarse siempre es probar con la respuesta del otro. Autoeditar no lo veo como algo para autosatisfacerse uno mismo a partir de un discurso muy claro sino como un método cognitivo. Aunque en esa negociación está claro que el límite y el equilibrio debe marcarlo el autor. Editar para mi es poder jugar con este proceso antes de la publicación.

¿Crees que la fotografía es la herramienta adecuada para hablar de ese fenómeno?

Seguramente no. Por eso lo hemos llevado al terreno de la fotografía, del imaginario, de la representación, de la secuencia, de la construcción de una historia nueva. Es reciclaje de imágenes, ciertamente. A mi me sirve para conocer y reconocer, que ya es mucho. Lo optimo? Autoconstruir mi propio huerto! De momento fotografío lo que admiro. A ver si algun día hago lo que admiro!

Agroperifèrics de Ignasi López

Después de realizar algunos ajustes, como el cambio de formato (la maqueta tenía formato cuadrado) aquí tenéis un vídeo de como será el libro:

Y aquí podéis apoyar el proyecto siendo micromecenas: